Calor y várices: una combinación peligrosa

Tomar duchas frías, mantener las piernas hidratadas, no exponerlas al calor de manera directa, son algunas claves para evitar que se agudicen las várices.

Como todos sabemos el calor dilata  cualquier material y el sistema venoso no escapa  a este principio. Los pacientes con trastornos venosos o con predisposición a estos, son los que en esta  época sufren más de la sintomatología venosa  (edema, hinchazón  de extremidades, hormigueo, ardor, prurito, calambres, cansancio, pesadez, cambios en la coloración de la piel, sensación de calor, etc.) que se acentúa  al final de la tarde.

Las altas temperaturas agudizan las várices. Estas venas enfermas que han perdido su función, son el resultado de la debilidad de la pared venosa, y llevan a la formación de bolsas cargadas  de sangre. El clima ardiente hace que las venas tengan una mayor irritación haciéndose más visible, molesta y notoria su sintomatología.

Los factores que influyen a su aparición son:

  • Sedentarismo
  • Obesidad
  • Prendas que ajustan en las extremidades inferiores  y la cintura (cinturones, ligas, fajas).
  • Estreñimiento
  • Embarazo
  • Herencia
  • Anticonceptivos
  • Trabajos o profesiones que involucren varias horas sentadas o de pie. ( mozos, peluqueros, cocineros, administrativos, cajeras, etc)
  • Exposición al calor

Cuando un paciente no se mueve, la sangre  solo asciende por la aspiración que realiza la parte derecha del corazón, lo cual no es suficiente; si nosotros nos ejercitamos, a este ascenso se le suma el bombeo que realizan los músculos de la pantorrilla. Al caminar se exprimen las venas de la planta de los pies, de aquí se envía la sangre a los músculos gemelares que actúan como una verdadera bomba impulsora llevando con facilidad la sangre hacia arriba. De esto surge la importancia de la realización de actividad física y el uso de medias de compresión.

10 CLAVES PARA ALIVIAR LAS MOLESTIAS EN VERANO

  1. Tomar duchas frías en las piernas
  2. Evitar fuentes de calor directo, no exponer las piernas al sol, colocarlas dentro del agua si está en una pileta.
  3. Controlar el exceso de peso, hacer actividad física. ( Caminar,  andar en bicicleta, o nadar facilitan la circulación de la sangre)
  4. No permanecer quieto. Si no puede caminar, ponerse en puntillas de pie cada vez que pueda, durante su jornada laboral.
  5. Descansar con las piernas más elevados que la cabeza (puede elevar la cama con unos tacos de madera o elevar el colchón con un almohadón).
  6. Mantener la piel hidratada (cremas con vitamina A).
  7. Evitar ropa ajustada, zapatos con tacos altos o chatos, (ideal 3 o 4 cm.). Usar plantillas de ser necesario
  8. Usar medias de compresión indicadas por el profesional.
  9. Evitar heridas y lesiones de piel.
  10. Visitar periódicamente al especialista, ya que un tratamiento precoz puede retrasar la evolución de esta patología. Esta es una enfermedad progresiva y una vena que se convierte en varice crece con el paso del tiempo.

Mientras tanto la Flebologia avanza  y las terapias modernas dan efectivas respuestas a estos problemas. Por suerte hoy, nos encontramos con un arsenal terapéutico de última generación, que se traduce en tratamientos  de fácil realización, menor dolor, ambulatorios y con excelentes resultados.